La historia que va y viene sobre un patín roto.

Los héroes muertos:
Autor: D.Vitrubio
Los héroes habían sido los héroes muertos. Así lo dictaba la pequeña historia; esa que nace en el supuesto, en un rumor intemporal que flota en el aire desde siempre en las ciudades del mundo. Así lo había dejado el tiempo plasmado en las paredes de la pequeña certeza colectiva, que es casi lo que el pálpito quinielero argentino.
Los imbatibles, los estoicos, los heraldos señores del rezo prehistórico; que, por allá atrás, en los días impensablemente lejanos, habían trabajado sus vidas a mano, que habían pensado las nuestras a pan y agua, con un cuidado casi paternal; haciendo algún que otro esfuerzo mortalmente inútil para ser escuchados. Para hacer libres.
Los no recordados; los no recordables. Prisioneros de la vanagloria de una nobleza harto salvaje y sorda; sangrienta, oscura. Catapultados, relegados, siempre inoportunos.
Los olvidados; los olvidables. Aquellos que fueron desplazados con una goma y una hoguera en el despacho de algún presidente. Subordinados a existir en la historia según fuera conveniente o no para quién llevara las plumas en aquel tiempo impreciso.
Esos pobres diablos que no conozco; que tiemblan acurrucados como animales en el fondo de una cueva, en mi memoria inventada.
Los que entendieron que vivir es el acto de ser libre.
Aquellos que me conmueven cuando pienso que alguna vez, aunque más no sea, una sola vez en la historia, pudieron haber existido.